viernes, 8 de febrero de 2008

Calentamiento global, contaminación, efecto invernadero

EL CALENTAMIENTO GLOBAL


EL CALENTAMIENTO GLOBAL: Un informe presentado por el primer ministro británico, Tony Blair, advierte que el calentamiento global puede costar al mundo más que la Primera o la Segunda Guerra Mundial, o disparar una crisis equivalente a la Gran Depresión de 1930. El documento estima que el costo de no hacer nada será de 7 billones de dólares.

El trabajo de 700 páginas fue encargado por el secretario del Tesoro, Gordon Brown, y dirigido por el economista Nicholas Stern, ex jefe del Banco Mundial. Las principales organizaciones ambientalistas, como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace, expresaron su aprobación.

Las consecuencias catastróficas que se plantean —en caso de no actuar masivamente con urgencia— ya han sido anticipadas a principios de los 80 por los científicos. El valor del informe es político: proviene de un pais industrializado, y pone el acento en los beneficios económicos de reducir los impactos del cambio climático.

Efecto Invernadero

Es el calentamiento natural de la Tierra. Los gases del efecto invernadero retienen parte del calor del Sol y mantienen una temperatura apta para la vida

1-La energía solar atraviesa la atmósfera. Parte de ella es absorbida por la superficie y otra es reflejada
2-Una parte de la radiación reflejada es retenida por los gases de efecto invernadero
3... Otra parte vuelve al espacio
El Ozono: es uno de los gases de efecto invernadero, y por lo tanto, en condiciones normales retiene parte de la radiación reflejada

Calentamiento Global

Es el incremento en la temperatura promedio de la atmósfera. Se debe a la emisión de gases de efecto invernadero por actividades del hombre

1-La quema de combustibles, la deforestación, la ganadería, etc. incrementan la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmosfera
2-La atmósfera modificada retiene más calor. Así se daña el equilibrio natural y aumenta la temperatura de la Tierra
El Ozono: El debilitamiento de su capa permite llegar rayos ultravioleta, nocivos para los seres humanos

“Lo que sí puede ser nuevo es la cuantificación del perjuicio —comentó a Clarín el director de Asuntos Ambientales de la Cancillería, Raúl Estrada Oyuela—. Blair tenía un compromiso muy claro con esta posición. A veces pareció un poco morigerado mientras presidía el Grupo de los Ocho. Más próximo a concluir su gobierno, lo plantea más abiertamente”.

Según el documento, los beneficios para la economía mundial de las medidas para limitar significativamente las emisiones de C02 (anhidrido carbonic0) podrían llegar a 2,5 billones de dólares al año. A su vez, el mercado de tecnologias limpias representaría un valor anual de unos 500.000 millones de dólares, y quizá mucho más para el 2050, si se toman las medidas necesarias.

En caso contrario, el aumento de las temperaturas en 3” o 4” durante este siglo elevaría el nivel de los mares. El número de refugiados víctimas de las sequías o de inundaciones podría llegar a unos 200 millones de personas. Las costas del sudeste asiático y las pequeñas islas del Caribe y del Pacífico tendrían que ser protegidas del mar. Incluso grandes ciudades como Tokio, Londres, Nueva York y El Cairo sufrirían el riesgo de anegamientos.

En el cambio climático se provee un aumento del 5% al 10% en la velocidad de los vientos en los huracanes, lo cual, unido al incremento en las temperaturas de los mares, duplicará los daños por catástrofes en países como los Estados Unidos. Según el informe de Stern, para mediados de siglo serán frecuentes las olas de calor como la que azotó a Europa hace tres años, en la que se calcula murieron 35.000 personas y que significó pérdidas agrícolas por 15.000 millones de dólares. “Los países pobres sufrirán el impacto antes y de manera más dura —señaló el economista—. Lo correcto es que los países ricos paguen un poco más”.

El derretimiento de los glaciares elevará primero el riesgo de inundaciones y posteriormente reducirá las existencias de agua potable, lo que supondrá una amenaza para la sexta parte de la población mundial. Además, con el aumento de 2” en las temperaturas medias podría desaparecer entre un 15% y un 40% de las especies.

Blair escribió en el diario The Sun que “es el informe más importante sobre el futuro que he recibido desde que soy primer ministro”. “La pieza final del rompecabezas —agregó— es convencer a cada líder político, incluidos los de Estados Unidos, China e India, que esto debe ser la prioridad de nuestra agenda”.

“Es un llamado de atención importante a pocos días de la reunión de Nairobi”, destacó Estrada Oyuela. El lunes próximo comienza en esa ciudad una nueva ronda de la Convención por el Cambio Climático, donde se buscará consensuar las medidas a tomar después de 2012, cuando venza el Protocolo de Kyoto. El tratado obliga a 35 países desarrollados a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para esa fecha, en un promedio de 5,2% por debajo de los niveles de 1990.

Pese a las evidencias, el primer ministro de Australia, John Howard, reiteró ayer que su país no suscribirá el Protocolo. La otra nación industrializada que no lo firmó es Estados Unidos, si bien nueve estados han tomado medidas para reducir las emisiones. Como contracara, el ex vicepresidente estadounidense Al Gore fue contratado por el gobierno británico como asesor en la lucha contra el cambio climático. Gore es autor de un documental reciente sobre el tema, Una verdad incómoda.

jueves, 31 de enero de 2008

Katana Samurai

Elaboración de la Katana

LA KATANA JAPONESA



Historia de la katana, la espiritual espada del guerrero Samurai
R. F. (armas.es) 31/01/2007

La katana es una de las armas blancas más poderosas de la historia. Dispuesta a la izquierda del Samurai, esta espada larga y curva cuenta a sus espaldas con una tradición milenaria. El maestro artesano o Kaji se encargaba de su delicada elaboración para que posteriormente cada Samurai se equipara con una de ellas. De esta forma, la katana se convertía en la esencia del Samurai, en su propia alma.

Antes de analizar con detenimiento la historia y la evolución de la katana, resulta casi obligado detenerse previamente en la figura del Samurai. Y es que un Samurai es mucho más que un simple guerrero. Es una forma de vida, un modo de entender y relacionarse con el mundo, en definitiva un símbolo de fortaleza, honor y lealtad. Su papel en la sociedad tradicional japonesa fue absolutamente relevante, llegando a ser considerado por sus compatriotas como una especie de deidad terrenal. Uno de los elementos que mejor definían la esencia de los Samuráis eran sus armas. Y dentro de esta categoría destaca, sobre todo, su katana. Colgada de la cintura del Samurai, esta excelente espada de una longitud en torno a los 100-120cm acabó convirtiéndose en un símbolo del valor, la autoridad y la fuerza de estos temibles y a la vez admirados guerreros.

El Samurai siempre portaba envainada su katana en una posición casi horizontal y con el filo hacia arriba. Esta disposición permitía al Samurai poder atacar a su oponente nada más desenfundar su arma. En este sentido, el hecho de extraer la katana de la saya (funda) no debe entenderse como un simple gesto defensivo, pues según la filosofía Samurai, al descubrir la hoja de la katana, el guerrero está destapando al mismo tiempo su intimidad más profunda (kokoro). Por tanto, se trata de un acto de sinceridad completa, de una profunda búsqueda hacia su yo interior. Junto a la katana, a la izquierda del Samurai también se encontraba el wakizashi, un arma blanca más corta que la katana y cuyo uso principal era el combate cuerpo a cuerpo. El conjunto de estas dos armas blancas que acompañaban a todos los Samuráis se conocía con la denominación de Daisho.

La filosofía Samurai mencionada anteriormente vincula estrechamente la figura del guerrero con la de su arma. De esta forma, la katana se encuentra directamente relacionada con un amplio abanico de elementos esotéricos que incrementan su ya de por sí acuciante misticismo. Incluso, en muchas ocasiones, la leyenda que envuelve a la katana supera con creces la calidad de sus componentes y acabados. Por este motivo, los Samuráis debían ser capaces de concebir a su espada como un ente completo, un ser con vida propia, capaz de moverse en varias dimensiones. Esta filosofía espiritual tan íntimamente ligada a la katana se debía fundamentalmente al protagonismo de su creador: el Kaji o maestro artesano.


Este forjador de espadas, al que muchos también atribuían la función de forjador de almas (por la citada relación mística entre el maestro y su creación), tenía el complicado reto de transmitir toda su energía espiritual a su espada. Para conseguirlo, este ancestral maestro se aislaba socialmente y se autoimponía una estricta disciplina marcada por el ayuno y la más severa austeridad. El objetivo de este peculiar sacrificio era purificar todas sus actuaciones y lograr así un arma sin igual, en la que definitivamente quedarían impresas las cualidades de su propia personalidad. Puede afirmarse, por tanto, que entre el Kaji y su obra había una especie de comunicación espiritual.

Elaboración artesanal
“Calentar el acero hasta lograr el color de la luna en el cielo de junio” o “enfriar la hoja en el agua a la temperatura de un riachuelo en febrero” eran las poéticas premisas de actuación que debían seguir los Kaji para lograr que su arma fuera pura y perfecta. A partir de aquí, cada artesano ponía en marcha su propio método de elaboración, dando lugar así a obras irrepetibles con características fácilmente identificables. Para ayudar a identificar todavía más sus katanas, debajo de la empuñadura de la espada (Tsuka), los Kaji solían incluir su firma (Mei).

El proceso de elaboración de una katana pasa por tres estados fundamentales. En primer lugar, el maestro artesano mezcla el Tamahagane, una tierra con elementos ferruginosos (barro), con trozos de acero y de hierro. A continuación, cuece el hierro forjado en un horno con carbono, para finalmente sumergirlo en agua e ir modificando su temperatura. Para el forjado la espada, el Kaji va combinando hierro y acero en múltiples capas o láminas. Estos dos metales proporcionan a la katana dureza y elasticidad, dos características básicas para determinar su calidad. El maestro dobla sucesivamente las láminas de hierro y acero hasta conseguir una fina hoja con miles de láminas originales. La disposición y el número de láminas establecen el criterio definitivo para concretar la calidad de la espada. Mediante este laborioso proceso de pliegue de las capas de acero, la espada va adquiriendo su propio “dibujo”. Para incrementar la dureza del filo, el Kaji aplicaba una capa de barro sobre la espada. Este barro ayudaba a endurecer todavía más el filo de la espada, creando un dibujo único y personalizado. De esta forma, es posible reconocer la autoría de las katanas al comprobar el dibujo de sus hojas.

Una vez laminadas, el filo y la punta de las mejores hojas requerían un endurecimiento extra. Para lograrlo, el Kaji añadía más cantidad de carbono en el acero a través de un calentamiento en el interior de un horno de carbón. Cuando el nivel de carbono era suficientemente alto, la hoja estaba lista para el temple. Este proceso de templado implica que la hoja es sometida a elevadas temperaturas y enfriamientos bruscos, obteniendo así una extrema dureza y una gran elasticidad del acero. Una vez superado el proceso de templado, la espada estaba lista para ser montado en una empuñadura de madera natural, sin adornos, evidenciando así el gran valor de la hoja frente a cualquier tipo de adorno externo. Finalmente, se añadía la empuñadura (Tsaka), forrada con piel de tiburón y seda trenzada, y una funda (Saya) de madera lacada.

Entre los Kaji más conocidos de las diferentes épocas se encuentran Yoshimitsu, Masamune, o Muramasa. La denominación de los diferentes tipos de espadas creados por estos maestros artesanos variaba en función de su forma y longitud. El tachi fue el precursor de la katana (tenían idénticas dimensiones), pero a diferencia de ésta se portaba con el filo hacia abajo. Por su parte, la primera katana de que se tiene constancia data del siglo XIV.


La invasión japonesa por parte de las tropas estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial derivó en una destrucción masiva de buena parte del arsenal nipón. Los soldados norteamericanos tenían la orden de requisar todas las armas que se encontraban a su paso, por lo que numerosas armas blancas de tradición milenaria se perdieron irremediablemente. Fueron años muy duros para una sociedad ancestral que veía atónita cómo la fabricación de espadas era tajantemente prohibida. La misma prohibición se aplicó a todas aquellas artes marciales asociadas al uso de espadas. Lamentablemente, todas estas medidas coercitivas se llevaron a cabo sin distinguir entre simples espadas y objetos con un valor histórico y artístico incalculable.

Hubo que esperar hasta el año 1953 para que, tras la aprobación de una novedosa ley, el gobierno nipón autorizara la reanudación de la fabricación de espadas, eso sí sometida a una estricta serie de reglas. Comenzaba así lo que se conoce como la era Shinsaku, o lo que es lo mismo, la etapa de nueva producción de katanas. Dentro de las estrictas normas a las que actualmente está sujeta la producción de espadas, destacan las siguientes:

-El maestro artesano es la única persona que puede fabricar espadas japonesas. Para acreditar su condición de maestro, debe obtener la correspondiente licencia y el permiso del gobierno. Para conseguir la licencia, debe trabajar como aprendiz de otro maestro durante al menos 5 años.

-Por regla general, los maestros sólo pueden fabricar dos espadas largas (hojas superiores a los 61cm) o tres espadas cortas al mes (hojas inferiores a 61cm).

-Todas las nuevas espadas deben registrarse en el Ministerio de Asuntos Culturales de Japón.


Desde la entrada en vigor del Shinsaku, las espadas japonesas fabricadas en Japón y siguiendo las normas del Ministerio de Asuntos Culturales reciben el nombre de nihonto. De esta forma, se diferencia a estas espadas del resto de katanas fabricadas fuera de Japón. Precisamente, de velar por la calidad de las nihonto se encarga la Sociedad Japonesa para la Preservación del Arte de la Espada (Nihon Bijutsu Token Hozon Kyokai, NBTHK). Este organismo verifica que las katanas fabricadas en el país del sol naciente cumplen con la estricta normativa vigente desde 1953.

Actualmente, la espada japonesa posee un valor más bien como objeto de colección que como arma de guerra. Por este motivo, en la elaboración de las nuevas katanas, los maestros artesanos ponen más énfasis en la vertiente artística que en el posible uso bélico que se le vaya a dar a la espada. Tanto es así, que en los últimos años la katana se ha convertido en uno de los principales embajadores de la cultura japonesa fuera de las fronteras niponas. Coleccionistas de todo el mundo llegan a pagar cifras astronómicas por uno de estos bellos ejemplares de arma blanca. Un arma ancestral, rodeada de un halo de misticismo y espiritualidad, y que después de seis siglos de historia sigue vigente en nuestros días.

Principales partes de la katana:

-Kashira: Pomo (suele ser de acero envejecido)
-Tsuka: Empuñadura (tallada a mano)
-Tsuba: Protección de la espada (forma circular y compuesta de acero envejecido)
-Habaki: Engaste de la hoja (de latón)
-Saya: Funda o vaina (madera lacada)
-Hamon Ha: Filo
-Mune: Parte trasera de la hoja
-Yakiba: Parte endurecida de la hoja cercana al filo
-Habuchi: Límite del Yakiba

sábado, 26 de enero de 2008

El Japón del Sol Naciente

EL CLIMA EN JAPÓN


El clima de Japón es relativamente templado. Cada estación cuenta con sus propias características, la temporada de lluvias a principios de verano (junio-julio) que afecta a diferentes lugares, y el periodo de tifones que ocurre también en el verano alcanzando su máximo punto en el otoño. Los periodos durante los cuales soplan vientos de temporada están más o menos determinados cada año; los vientos del Sureste, calientes y con bastante humedad, que vienen del Pacífico durante el verano, y los vientos fríos del Noroeste venidos desde China en invierno.

 A pesar de que existen estos patrones, extendiéndose el archipiélago una larga distancia de Norte a Sur y más aún, teniendo muchas áreas montañosas, las condiciones de estación a estación varían de gran manera de acuerdo a la región. Algunas áreas son comparativamente cálidas aún en invierno. Por el contrario, otras áreas se conservan frías aún en verano; algunas partes son excepcionalmente vulnerables a tifones y tienen un alto porcentaje de lluvias, mientras que otras experimentan relativamente poca lluvia o nieve durante todo el año.


【Volcanes】

 Situadas en la zona volcánica Circum-Pacific, en las islas japonesas actualmente existen alrededor de 80 volcanes activos, varios de los cuales han hecho erupción durante los últimos veinte años. Algunos de ellos requieren monitorización cercana para advertir posibles desastres. El Monte Fuji, famoso por su belleza, es también un activo volcán capaz de crear una gran erupción, estando su actividad volcánica constantemente monitorizada. Los temblores acompañados de actividad volcánica son por lo general muy débiles para ser sentidos por el cuerpo humano, o de baja y mediana intensidad dando una sensación de hormigueo, y aunque no causan daño al hombre son una vital indicación del estado de la actividad volcánica.

 En los lugares en donde las aguas subterráneas se mezclan con gases volcánicos de temperaturas altas, o simplemente éstas son calentadas por las altas temperaturas, se forman aguas termales. Existen más de 10.000 centros termales en Japón, habiéndose desarrollado muchos de ellos como centros turísticos. Hay destinos turísticos sumamente populares, y los más importantes centros termales están situados cercanos a volcanes activos.

 En otros lugares, amplias zonas están cubiertas de lava o cenizas de volcanes. Los terrenos en donde las cenizas son bien abonadas son potencialmente arables, pero aquellos cubiertos de ceniza volcánica relativamente nueva, presentan suelo ácido; también muchos lugares semejantes no retienen el agua, permaneciendo casi en su totalidad como tierras estériles sin ningún uso en particular.


【Temblores】

 Estrechamente conectados con los volcanes están los temblores, ya que las islas japonesas se hallan constantemente interactuando con los volcanes y las zonas sísmicas del área Circum-Pacific. La corteza bajo las islas es extremadamente inestable, registrando Japón más temblores que cualquier otro país en el mundo. Cada año, sólo en el área de Tokio, ocurren alrededor de 40 o 50 temblores detectables por el hombre, mientras que los destructivos ocurren uno cada dos años en algún lugar del país. A lo largo de la nación y de sus alrededores pueden ocurrir hasta 7.500 temblores -si incluimos aquellos que son detectables por los más sensibles sismógrafos-. Sin embargo, sólo 1.500 de éstos pueden ser sentidos por el cuerpo humano.

 Cuando el epicentro está en el fondo del océano, sólo las marejadas causan daño.

 En el Japón de hoy, el material para construcción a prueba de temblores es reglamentado por la Ley Estándar de Construcción, a fin de evitar causar daños al ser humano. Los edificios son diseñados para resistir un gran temblor, pero esto no necesariamente asegura una reacción pasiva por parte de la población en caso de que ocurra un temblor repentinamente. Los estudios sobre predicciones de temblores comenzaron en forma durante la última parte de los setenta, teniendo como objetivo el predecir temblores con magnitudes mayores de 7 y en el océano mayores de 8. Este estudio puede ser dividido en "Predicciones a largo plazo", las cuales tentativamente pronostican "aquellas áreas susceptibles a grandes temblores" y "Predicciones a corto plazo" para pronosticar "cuándo" sucederán.


【Los Mares Alrededor de las Islas Japonesas y sus Influencias】

 Las cavidades que se encuentran en el extremo Este de la Plataforma Euroasiática (sobre la cual descansan las islas japonesas), y el extremo Oeste de la Plataforma Norteamericana, juntas suman un total aproximado de 6.400 kilómetros de longitud, con una profundidad entre 8.000 y 11.000 metros, formando así la mayor cavidad en el mundo.

 En los mares cercanos a las islas japonesas, frías corrientes del Norte se fusionan con corrientes templadas del Sur. En esta área de agitadas aguas el plancton abunda y pequeños peces se multiplican creando un hábitat favorable donde se pueden encontrar varias especies de agua fría y de corrientes templadas, tales como bonito, atún, caballa, sardina, salmón, etc. La existencia de tan gran variedad de especies en esta zona de aguas mixtas es una de las razones por las cuales Japón es una de las principales naciones pesqueras del mundo.


【Desastres Naturales】

 Los desastres naturales en Japón pueden ser divididos en desastres causados por movimientos de la corteza terrestre, como temblores, actividad volcánica y tsunami (ondas sísmicas marinas); desastres climáticos debidos a cambios en las condiciones del clima por largos periodos, como veranos fríos y sequías; desastres meteorológicos como inundaciones, maremotos ocasionados por cambios continuos en el clima: fuertes vientos y lluvias acompañadas por frentes bajos; y finalmente desastres de tierra tales como avalanchas, derrumbes y erupciones causadas indirecta o directamente por la corteza terrestre, cambios meteorológicos y climáticos, o por las características físicas del terreno.

 Tomando en cuenta todos estos factores, Japón tiene un alto porcentaje de desastres naturales en comparación con otras naciones. Asimismo, los factores sociales tienen alguna relación con esta clase de desastres, especialmente al incrementar su impacto. Con la alta densidad de población todas las tierras disponibles están siendo utilizadas, ya sea para edificios en las ciudades, fábricas, servicios residenciales, caminos, ferrocarriles, etc., o para cultivos. Por esto, casi cualquier cambio en las normas del ambiente tiende a producir algún tipo de desastre.


【Tendencias Generales de la Población】

La población japonesa permaneció estable con aproximadamente 30 millones durante todo el período Edo (1603-1867). Sin embargo en el período Meiji (1868-1912), hubo un repentino incremento como resultado del desarrollo industrial, combinado con medidas adoptadas por el Gobierno para asegurar este aumento. Después de la Segunda Guerra Mundial, hubo un nuevo incremento constante y significativo impulsado por el crecimiento económico, el cual comenzó cerca de 1955. En particular las grandes ciudades vieron un enorme incremento en la concentración o densidad de población, con urbanizaciones extendiéndose a los alrededores de éstas.

 Hoy, Japón ha alcanzado un aparente estado de saturación, con cerca de 127,5 millones de personas (noveno lugar en el mundo), y se estima que esta cifra aumentará 300.000 anualmente hasta el año 2010.


【Problemas de Densidad Poblacional】


 En total la densidad poblacional fue sólo de 91 personas por km2 en 1872, triplicándose en el siguiente siglo hasta alcanzar un nivel de 341 personas por km2 en la actualidad. Japón está ahora entre los países con mayor densidad en el mundo.

 La mayoría de las localidades poblacionales se encuentran en planicies angostas limitando con las costas, las cuales suman sólo el 20% del territorio nacional. Las densidades de población varían mucho de un área a otra.

 La población de la ciudad de Tokio es de 12.219.000 habitantes, seguida por las ciudades de Yokohama y la de Osaka.

Lugares Turísticos de Japón

Japon / Asia

Tori en la Isla Miyajima

Tokio
Japon - Kioto / templo Otowa San Kiyomizu Dera
Historia de Japón

La historia de Japón desde sus inicios hasta nuestros días se divide en períodos para su mejor comprensión. Debido a su configuración geográfica insular, la cultura pudo desarrollarse de una manera bastante independiente y con poca influencia externa.

Los inicios

No se sabe a ciencia cierta la procedencia de los primeros colonizadores del archipiélago japonés, aunque se supone que fueron los ainu los primeros en asentarse en esta zona, alrededor del año 3000ac. Otras teorías sostienen que las corrientes inmigratorias procedieron mayormente de Siberia oriental o de las islas polinesias.

Los períodos históricos se resumen en la siguiente tabla:
Jomon 10.000ac - 300ac
Yayoi 300ac - 300 弥生
Kofun 300 - 710 古墳
Nara 710 - 794 奈良
Heian 794 - 1185 平安
Kamakura 1185 - 1333
Muromachi 1333 - 1568 室町
Azuchi momoyama 1568 - 1600
Edo 1600 - 1868 江戸
Meiji 1868 - 1912 明治
Taisho 1912 - 1926 大正
Showa 1926 - 1989 昭和
Heisei 1989 - 平成

Jomon (10000-300ac)

Las culturas paleolíticas del Japón prehistórico dieron paso hacia el 10000ac a la cultura neolítica denominada Jomon. Tenían habilidades en cerámicas muy decoradas, modeladas a mano y cocidas a temperaturas bajas, cuyos restos se han encontrado por todo Japón, y viviendas sofisticadas o chozas. Su economía estaba basada aparentemente en la caza, en la pesca y en la recolección, quizás con técnicas muy primitivas. La sociedad del período Jomon parece que era bastante igualitaria, con pocas divisiones sociales.


Yayoi (300ac - 300)

Al finalizar el período Jomon, una nueva cultura, que comenzó en Kyushu, se fue extendiendo lentamente hacia el este e imponiéndose de forma gradual. La cultura Yayoi era más avanzada, introdujo la técnica del cultivo encharcado del arroz, el tejido, cerámicas cocidas a altas temperaturas y herramientas de hierro. La mayoría de las innovaciones Yayoi, especialmente el hierro y el bronce, fueron introducidas probablemente desde China a través de Corea. La sociedad Yayoi era más compleja y socialmente estratificada que la Jomon. El advenimiento de la cultura Yayoi no implicó cambios raciales, por lo que, probablemente, fue más un proceso de difusión cultural que una conquista étnica.
Las crónicas oficiales chinas de la dinastía Han contienen la primera mención registrada de Japón. Indican que en el año 57 d.C. "el estado de Nu en Wo" envió emisarios a la corte imperial y recibió un sello de oro (después encontrado en Japón en 1748). Nu era aparentemente uno de los numerosos estados que ocupaban el archipiélago japonés (denominado Wo en las crónicas chinas). Las crónicas también muestran una sociedad bastante desarrollada con una organización jerárquica, marcada por un comercio de intercambio y unos escribas profesionales que escribían en chino. La mención de una reina llamada Himiko -también nombrada en las crónicas japonesas, que extendió su autoridad desde la capital (denominada Yamatai) sobre numerosos estados, alrededor del año 200 d.C.- hace suponer que el Japón de la cultura Yayoi podría haber tenido una sociedad matriarcal con reinas sacerdotisas que reunían un poder considerable.


Kofun (300 - 710)

El período Kofun recibió este nombre por el "gran kofun" (en japonés, 'túmulo') que marcaba las tumbas de los emperadores y nobles japoneses, lo que demuestra que el principal rasgo de este período fue la unificación de Japón bajo la casa imperial. De acuerdo con las crónicas, el emperador Jimmu, con su poder establecido en Kyushu, dirigió a sus ejércitos hacia el norte y extendió sus dominios hasta Yamato, una provincia en el centro de Honshu, que dio su nombre a la casa imperial y después a todo el antiguo Japón; sin embargo, los restos históricos y arqueológicos contradicen las fechas tradicionales que reciben estas hazañas.


Nara (710 - 794)

Tradicionalmente, las capitales imperiales niponas se trasladaban después de la muerte del soberano siguiendo rituales sintoístas. En el año 710, la capital cambió de Asuka a Heijo-kyo (actual Nara) y la costumbre desapareció. Bajo el emperador Shomu (reinó desde el 715 hasta el 756) y su consorte Fujiwara, Japón experimentó un gran florecimiento cultural. El Gran Buda (finalizado en el 752), construido en el que es todavía el mayor templo de madera del mundo, simbolizó la devoción al budismo del Japón Nara. Se establecieron conexiones extensivas con la dinastía Tang de China y Japón se convirtió en el extremo oriental de la Ruta de la Seda. Posteriormente, el sistema ritsu-ryo fue modificado en el 743 para alentar el desarrollo de las nuevas tierras de labor mediante la concesión de los derechos completos de propiedad a cualquiera que los explotara. Esta medida permitió que las grandes familias y templos vieran el camino abierto para asegurar su independencia y poder.
El período Nara fue prolífico en hitos de tradiciones nativas: la realización de dos historias nacionales, Kojiki y Nihon shoki, la compilación de la primera gran antología poética, el Man'yoshu ('Antología de Innumerables Hojas') y la proliferación del arte budista. El sistema ritsu-ryo funcionó bien, pero el poder secular de los grandes templos fue incrementándose de forma gravosa para la casa imperial. Por último, en el 784, el emperador Kammu (reinó desde el 781 hasta el 806) se separó de la influencia de los templos de Nara al trasladar la capital imperial primero a Nagaoka-kyo y tres años después a Heian-kyo (posteriormente Kyoto), que hasta 1868 fue la capital de Japón.


Heian (794 - 1185)

Denominado así por la nueva capital, este período introdujo a Japón en 350 años de paz y prosperidad. Hacia el siglo IX, la corte de Yamato gobernaba todas las islas principales de Japón excepto Hokkaido, aunque las campañas de pacificación prosiguieron para someter a los habitantes aborígenes del norte de Honshu. Sin embargo, durante el siglo IX, los emperadores comenzaron a retirarse del gobierno activo; delegando los asuntos de gobierno en sus subordinados, se retiraron de la vida pública y, a la vez, se les consideró más como abstracciones que directores de la vida nacional, en parte debido a los onerosos deberes rituales impuestos al emperador como cabeza del culto estatal sintoísta. El retiro de los emperadores estuvo acompañado por el aumento de poder de la familia Fujiwara cuyos miembros y en el año 858, se convirtieron en los amos virtuales de Japón y mantuvieron su poder durante los tres siglos siguientes monopolizando los altos cargos cortesanos y controlando a la familia imperial mediante el matrimonio de sus hijas con emperadores generación tras generación, a los que se les animaba a retirarse pronto en favor de los sucesores infantiles dominados por los regentes Fujiwara. En el 884, Fujiwara Mototsune pasó a ser el primer dictador civil oficial (kampaku). El más destacado de los dirigentes Fujiwara fue Fujiwara Michinaga, cuyas cinco hijas se casaron sucesivamente con emperadores y desde el 995 hasta 1028 dominó la corte.
El período de supremacía Fujiwara estuvo marcado por el gran florecimiento de la cultura japonesa y por el crecimiento de una civilización muy influida, pero no dominada, por la china, que fue su origen. El Kokinshu ('Antología de poemas antiguos y modernos'), primera de las grandes antologías poéticas imperiales, fue compilado en el 905. Se considera que la dictadura de Michinaga fue la época de esplendor de la literatura japonesa en la que destacaron las cortesanas Murasaki Shikibu y Sei Shonagon, dos de las grandes escritoras de la época. Las principales sectas del budismo, el Tendai y el Shingon, consiguieron una inmensa riqueza y poder y se convirtieron en mecenas de las artes. El carácter del gobierno también cambió bajo los Fujiwara aumentando la centralización de la administración al tiempo que el país se dividió en grandes estados nobiliarios de carácter hereditario, libres de impuestos o unidos a los grandes templos budistas. La mayoría de los campesinos estaban dispuestos a unir sus tierras a estos estados para escapar de los impuestos excesivos de las tierras públicas que les habían repartido, por lo que los grandes dominios privados se extendieron por todo el país.
La hegemonía Fujiwara decayó después de la muerte de Michinaga en el 1028. A mediados del siglo XI, los Fujiwara perdieron el monopolio de las consortes imperiales y los emperadores retirados se convirtieron en el núcleo de un nuevo sistema de 'gobierno de claustro', por el que los emperadores abdicaban después de realizar votos budistas y dejaban la administración en favor de los emperadores reinantes. Mientras tanto, en las provincias surgieron grupos locales de guerreros o samurai que defendían a sus dueños aristocráticos favoreciendo la creación de un sistema profeudal. Los dirigentes de estos grupos solían ser miembros de los clanes Taira y Minamoto, ambos fundados por príncipes imperiales, o de grupos aristocráticos similares que habían buscado nuevas riquezas y oportunidades fuera de Kyoto. Los guerreros Taira adquirieron su fama y poder en el suroeste; los Minamoto, en el este. En el siglo XII, los dos grandes clanes militares extendieron su poder a la corte, iniciando una lucha por el control de Japón.
En 1156, una guerra civil (el Disturbio Hogen), estalló entre los emperadores retirados y reinantes y las ramas asociadas de la familia Fujiwara, dando entrada a los clanes militares. Después de la segunda guerra, el Disturbio Heiji (1159-1160), los Taira aplastaron a los Minamoto y tomaron el control de Japón, antes en manos de los Fujiwara. El dirigente Taira, Taira Kiyomori, fue nombrado ministro jefe en 1167 y, modelando sus políticas en las de los Fujiwara, monopolizó los cargos de la corte con los miembros de su familia y casó a su hija con un príncipe imperial; su hijo pequeño Antoku se convirtió en emperador en 1180. En el mismo año, un dirigente superviviente Minamoto, Minamotono Yoritomo, erigió su cuartel en Kamakura, en el este de Japón, y comenzó un levantamiento que después de cinco años de guerra civil, en la batalla naval de Dannoura (1185), cerca de lo que hoy en día es Shimonoseki, en el mar Interior, derrotó y expulsó a los Taira. Yoritomo se convirtió en el dirigente de Japón, finalizando la era de administración imperial e inaugurando una dictadura militar que dirigió Japón los siete siglos siguientes.


Kamakura (1185-1333)

Enfatizando la casi completa ruptura entre las formas de gobierno civil y militar, Yoritomo permaneció en Kamakura, y utilizó su cuartel de campo, el bakufu (en japonés, 'gobierno de tienda'), como núcleo de su nueva administración. En adelante, el feudalismo japonés se desarrolló hasta que fue más fuerte que la administración imperial. Yoritomo nombró guardias y administradores que dirigieran las provincias y los estados hacendados en paralelo con los gobernantes y propietarios oficiales. En 1192 creó el cargo del Seiitaisogún ('gran general bárbaro dominado'), por lo general abreviado como sogún, el comandante militar en jefe, con autoridad para actuar contra los enemigos del emperador en cualquier momento. Mediante esta red militar, Yoritomo era ya el dirigente virtual de Japón, así como dirigente titular de su sogunado, ante el que el emperador y su corte carecían de poder. Kamakura se convirtió en sede del poder real, gobierno verdadero, mientras que Kyoto permaneció como la corte titular sin ningún poder.
En 1219, la familia Hojo, mediante una serie de conspiraciones y asesinatos que eliminaron a los herederos Minamoto y a sus seguidores, pasaron a ser los dirigentes militares de Japón. Ningún Hojo fue sogún; en su lugar, la familia nombró sogunes figurados, a veces niños pequeños, mientras un dirigente Hojo gobernaba como shikken (regente), con poder real.
A pesar de la conclusión violenta de la larga paz Heian, el Japón Kamakura fue fértil culturalmente. La trágica caída de los Taira se inmortalizó en una epopeya bélica, el Heike monogatari ('Los relatos del clan Taira', c. 1220). La tradición poética clásica quizás alcanzó su punto más alto con la compilación realizada en 1205 del Shin kokinshu ('Nueva antología de poemas antiguos y modernos') por Fujiwara Teika bajo el emperador Go-Toba. Las nuevas formas de budismo, especialmente las escuelas de la Tierra Pura y Zen, se extendieron y alcanzaron mayor popularidad que las sectas más antiguas. Las sectas Zen y los dirigentes militares honrados estimularon la escultura vigorosa de Unkei y sus sucesores.


Muromachi (1333-1568)

Desde 1333 hasta 1336, Daigo II Tenno intentó restaurar la administración imperial. Sus ideas reaccionarias predestinaron su fracaso y Ashikaga Takauji se sublevó, instaló su propio candidato a emperador y expulsó a Daigo de Kyoto, que se refugió en Yoshino; sus seguidores se trasladaron a Yoshino, una región al sur de Nara, en Honshu, y establecieron una corte rival. En 1338, Takauji se convirtió en sogún y erigió su propio bakufu en Kyoto. El distrito Muromachi de Kyoto (que pasó a ser la sede del sogunado de Ashikaga), dio su nombre al período de su gobierno. La guerra civil entre Daigo y sus sucesores y los emperadores controlados por los Ashikaga continuó durante 56 años. Por fin, en 1392, un enviado Ashikaga persuadió al emperador verdadero en Yoshino para abdicar y renunciar a las insignias imperiales sagradas. Con sus candidatos reconocidos como emperadores de derecho, los sogunes Ashikaga fueron, en teoría, los dirigentes legítimos de todo Japón, aunque nunca pudieron ejercer el control absoluto sobre los poderosos daimio. El tercer sogún Ashikaga, Yoshimitsu, se distinguió por su enérgico gobierno y por patrocinar la obra Zeami de teatro no. En general, el período Muromachi fue uno de los más refinados temas artísticos y literarios. Esta época también vio el desarrollo del budismo como fuerza política; durante algunos siglos, los monasterios budistas habían sido tan ricos y poderosos que fueron grandes fuerzas en el país, cambiando la tendencia de los enfrentamientos medievales con sus ejércitos fuertes y sus monasterios fortificados.


Azuchi-Momoyama (1568-1600)

El vibrante pero caótico Japón del período de los Estados Opuestos fue finalmente reunificado en el siglo XVI, en el período Azuchi-Momoyama, una época corta de intenso cambio, que recibió este nombre por los magníficos castillos (aunque pronto destruidos) de las dos figuras principales, Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi. Su esplendor, realzado por las brillantes pinturas de Kano Eitoku, representa el vigor de la época. Oda, un general descendiente de los Taira, inauguró el período sometiendo a otros daimio y entrando en Kyoto en 1568 para nombrar un sogún afín, que fue expulsado de Kyoto en 1573 cuando intentó adquirir mayor autonomía. Oda acabó con el poder de los monasterios entre 1570 y 1580 y anuló el budismo como fuerza política; combinó la sabia administración de las tierras sojuzgadas con la persecución implacable a sus oponentes. En 1582 Oda murió a manos de un vasallo agraviado y Toyotomi Hideyoshi -un campesino que se había convertido en uno de los comandantes de Oda- tomó el poder y hacia 1590 unió todo Japón bajo su mandato. El último sogún Ashikaga abdicó en 1588, y Hideyoshi aseguró su gobierno mediante una administración sistemática: las tierras se midieron y los impuestos se racionalizaron en función a la producción de arroz; los campesinos fueron confinados a sus poblaciones y desarmados. Convencido de que el cristianismo ponía en peligro su régimen, Hideyoshi comenzó a perseguir a los cristianos japoneses. Sin embargo, nunca estableció el control completo sobre los daimios y fracasó en sus intentos de ocupar Corea en 1592 y en 1597. Hideyoshi murió en 1598 y sus vasallos pronto rompieron su juramento de lealtad a su hijo menor y comenzaron a pelearse por la sucesión. Finalmente, en 1600, Tokugawa Ieyasu venció a sus rivales en la batalla de Sekigahara, y se convirtió en el dirigente indiscutible de todo el país.


Edo (1600-1868)

Ieyasu se nombró sogún en 1603, redujo al heredero de Hideyoshi a un humilde cargo provincial y estableció su capital en Edo (después Tokio) que se convirtió en un corto período de tiempo en la ciudad más grande de Japón y experimentó un gran desarrollo cultural, económico y político. Ieyasu se retiró como sogún titular en 1605 para concentrarse en consolidar el gobierno de su dinastía que culminó en 1615 cuando tomó el castillo de Osaka de la familia Toyotomi. En 1615, Ieyasu promulgó también nuevos códigos legales, que establecieron la organización feudal planeada por Hideyoshi y proporcionaron a Japón unos 250 años de paz.
Según los códigos de Ieyasu (el denominado sistema bakuhan), los feudos daimio (han) y sus administradores, así como el emperador y su corte, se pusieron bajo el estricto control Tokugawa. Cada daimio estaba dirigido por un gobernador supremo dentro de su feudo, que debía jurar fidelidad al sogún, dejar a su familia como rehenes en Edo y asistirle personalmente en años alternativos. Las confiscaciones de tierra realizadas después de la batalla de Sekigahara convirtieron a la familia Tokugawa en la más rica de Japón, ya que pasó a controlar la cuarta parte de la tierra del país, bien de forma directa o a través de sus vasallos inmediatos. Se estableció una jerarquización de los daimio de acuerdo con sus relaciones con los Tokugawa y los más sospechosos de estos, como los grandes feudos occidentales de Satsuma y Choshu, fueron vigilados por feudos fieles estratégicamente localizados. El derecho de confirmar la propiedad de cada daimio en lo sucesivo fomentó el poder del sogunado. Las clases sociales se estratificaron de forma rígida en cuatro grupos principales: guerreros, campesinos, artesanos y mercaderes. Los samurai componían la aristocracia guerrera y gozaban de varios privilegios mientras que los campesinos se organizaron en grupos y poco a poco quedaron fijados a la tierra, pagando impuestos en dinero o especias y otros servicios feudales. La forma de feudalismo establecida por Ieyasu y los sucesivos sogunes Tokugawa se mantuvo hasta el final del período feudal a mediados del siglo XIX.
Otro resultado de la dominación Tokugawa fue el aislamiento impuesto a Japón repecto a Occidente. Los comerciantes portugueses, españoles y holandeses habían visitado Japón cada vez más a menudo en el siglo XVI; los sogunes Tokugawa consideraron el cristianismo como potencialmente subversivo y, desde 1612, se persiguió a los cristianos. A los españoles se les denegó el permiso de desembarcar en Japón después de 1624 y, en la década siguiente, una serie de edictos prohibieron el comercio exterior, e incluso la construcción de grandes barcos. Solamente se permitió permanecer en Japón a un pequeño grupo de holandeses, restringidos a la isla artificial de Dejima en el puerto de Nagasaki y limitando sus actividades. Continuó el comercio con China, aunque con una regulación ajustada.
Durante los dos siglos siguientes las formas del feudalismo se mantuvieron estáticas. El bushido, el código de los guerreros feudales, se convirtió en el estandarte de la conducta para los grandes señores y la clase acomodada de los samurai que actuaron como sus partidarios y administradores. La cultura de Edo, cerrada a la influencia exterior, fue muy activa y produjo el teatro kabuki, el arte de Honami Koetsu y la escuela Ukiyo-e, y la literatura de Ihara Saikaku y Matsuo Basho. El confucionismo pasó a ser la nueva ideología del gobierno, lo que provocó una fuerte reacción tradicionalista y una defensa del nacionalismo proimperial.
A pesar de esto, las nuevas condiciones sociales y económicas de las islas durante el siglo XVIII comenzaron a indicar el inevitable colapso del rígido feudalismo. La población creció rápidamente y agotó hasta el límite los recursos agrícolas. Las comunicaciones internas, el comercio y la economía monetaria aumentaron y se desarrollaron gracias al aumento de la riqueza de los daimio, mientras que los mercaderes ricos aumentaron su poder social y político, constituyendo el grupo más importante de la jerarquía social Tokugawa. Durante el siglo XVIII, Edo, con un millón de habitantes, era la mayor ciudad del mundo, centro de una de las economías más avanzadas y prósperas del mundo preindustrial. A la vez, los disturbios del campesinado se hicieron más frecuentes bajo la presión de la carencia de alimentos.
El nacimiento de la conciencia japonesa del mundo exterior se reconoció en 1720, cuando el sogún Yoshimune revocó la proscripción de los libros europeos. A principios del siglo XIX, las visitas de los europeos, en su mayoría comerciantes y exploradores, se hicieron cada vez más frecuentes, aunque la prohibición era todavía oficial. Los libros y las ideas extranjeros se empezaron a filtrar en Edo, como el pigmento azul de Prusia y el sistema de perspectiva utilizado por los artistas Ukiyo-e. Estados Unidos estaba ansioso por firmar un tratado de amistad y, si fuera posible, de comercio con Japón, con el fin de asegurar la liberación de los balleneros estadounidenses retenidos en la costa japonesa y abrir los mercados japoneses. En 1853, el gobierno estadounidense envió una misión formal a Japón, dirigida por el comodoro Matthew Calbraith Perry al mando de una escuadra de guerra. Después de extensas negociaciones, y ante la amenaza militar estadounidense, Perry y los representantes del emperador firmaron el Tratado de Kanagawa (1854), que abría varios puertos a Estados Unidos y admitía la presencia de un cónsul estable en la capital. En 1858, se alcanzó un acuerdo comercial al que siguieron otros con varias potencias occidentales bajo presión.
Los tratados daban considerables privilegios a los occidentales, como la extraterritorialidad, y la debilidad del sogunado al realizar esas concesiones fue causa de gran resentimiento entre la población. Los jefes militares japoneses comprobaron lo anticuado de su armamento en comparación con el occidental y no presentaron, en principio, ninguna resistencia. No obstante, inmediatamente se desarrolló un sentimiento contra los extranjeros y los ataques a los comerciantes foráneos empezaron a ser comunes en la década de 1860. Los dirigentes de este movimiento xenófobo y antioccidental eran jóvenes samurai de Satsuma, Choshu y de otros grandes feudos occidentales, simpatizantes de la restauración del poder imperial bajo el lema sonno joi ('venerad al emperador, expulsad a los bárbaros'). Con el apoyo del emperador que residía en Kyoto, iniciaron ataques militares y navales a los barcos extranjeros fondeados en los puertos japoneses; los intentos del sogúnado para contenerlos fueron inútiles, pero este movimiento fue sofocado por la propia reacción occidental, que en 1864 bombardeó Shimonoseki como represalia. La evidencia de la hegemonía militar occidental hizo que los señores de Choshu y Satsuma tomaran la iniciativa y propusieran nuevas estructuras gubernamentales para enfrentarse a la amenaza imperialista de Occidente. Según un plan de compromiso, el último sogún, Tokugawa Yoshinobu, dimitió en 1867 mientras que los radicales proimperiales decidieron forzar la situación, rodearon el palacio imperial de Kyoto el 3 de enero de 1868 y proclamaron la restauración imperial.


Meiji (1868-1912)

Los ejércitos de los feudos de Satsuma, Choshu y Tosa, que ahora componían las fuerzas imperiales, sometieron a los seguidores de los Tokugawa, poco después aseguraron la Restauración Meiji. El joven emperador, Mutsuhito, recuperó la posición de verdadero dirigente del gobierno y adoptó el nombre de Meiji Tenno ('gobierno ilustrado') para designar su reinado, aunque su función principal consistió en actuar como talismán de la soberanía mientras varios dirigentes de Choshu y Satsuma monopolizaron las posiciones ministeriales alrededor del trono que legitimaba la transformación de Japón. La capital real fue transferida a Edo, denominada ahora Tokio ('capital oriental'). En 1869, los señores de los grandes clanes de Choshu, Hizen, Satsuma y Tosa rindieron sus feudos al emperador y, después de varias entregas realizadas por otros clanes, un decreto imperial de 1971 abolió todos los feudos y en su lugar creó prefecturas administrativas centralizadas, con los antiguos señores como gobernadores.
Durante este período, Japón logró mantenerse al margen del imperialismo europeo que, en esa época, había engullido a otros países asiáticos. Mediante una imitación concertada de la civilización occidental en todos sus aspectos, se propusieron hacer de Japón una potencia mundial, bajo el lema fukoku kyohei ("enriqueced el país, fortaleced el Ejército"); oficiales franceses se encargaron de la remodelación del Ejército, los marinos británicos reorganizaron la Armada y los ingenieros holandeses supervisaron las nuevas construcciones en las islas. Se enviaron varios especialistas japoneses para analizar los gobiernos extranjeros y para seleccionar sus mejores características que se aplicarían en Japón; se redactó un nuevo código penal a imagen del francés, se estableció un Ministerio de Educación en 1871 para desarrollar un sistema educativo basado en el de Estados Unidos, que fomentaría una ideología nacionalista y la exaltación del emperador a partir del desarrollo del sintoísmo. El país experimentó un rápido crecimiento industrial bajo la supervisión del gobierno. En 1872, se decretó el servicio militar universal y, unos años después, en 1877, un decreto abolió la clase de los samurais, no sin un trágico enfrentamiento entre los soldados y los samurais en Satsuma.
La oligarquía Choshu-Satsuma impuso cambios desde arriba en el sistema político y no fueron el resultado de las demandas políticas del pueblo. El campesinado continuó sufriendo la mayoría de los gravosos impuestos estatales y las revueltas continuaron en el siglo XX. No obstante, se intentó crear un régimen constitucional que reforzara el país y mejorara su situación general. Se organizó un gabinete a imagen del alemán en 1885, con Ito Hirobumi como primer ministro, y se creó un consejo privado en 1888, ambos responsabilidad del emperador. La nueva Constitución, redactada por Ito tras una investigación de las constituciones de Europa y Estados Unidos, se promulgó en 1889 y establecía una Dieta bicameral formada por la Cámara de Pares con 363 miembros y una cámara baja con 463 miembros elegidos por los ciudadanos que pagaban impuestos anuales directos no inferiores a 15 yenes. Se salvaguardaron cuidadosamente los poderes del emperador al que se le permitía promulgar decretos leyes, tener la potestad para declarar la guerra o alcanzar la paz y disolver o suspender la actividad de las cámaras. La Constitución ofrecía más libertad y seguridad a los propietarios que el sistema Tokugawa, además de posibilidades para discusiones políticas, pero no dejó claros los límites del poder ejecutivo. Posteriores ordenanzas confirmaron la importancia de los ministros del Ejército y de la Armada, cuyos titulares debían ser oficiales en servicio, los cuales, de forma paulatina, adquirieron derechos de veto sobre la formación de gabinetes y una gran influencia política.
El Imperio también se embarcó en una política exterior expansiva. En 1879, Japón había tomado las islas Ryukyu, protectorado japonés desde 1609, y las designó como prefectura de la isla de Okinawa. La lucha por el control de Corea fue el siguiente paso en la expansión japonesa. Los conflictos con China en Corea finalizaron en la Guerra Chino-japonesa (1894-1895), en la que las modernizadas fuerzas niponas derrotaron pronto a los chinos. Según los términos del Tratado de Shimonoseki de abril de 1895, China cedía a Japón Taiwan (Formosa) y Pescadores, además de una gran indemnización monetaria. El tratado otorgó la península de Liaodong, en el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria), a Japón, pero la intervención de Rusia, Francia y Alemania obligó a Japón a aceptar una indemnización adicional en su lugar.
El decisivo triunfo japonés indicó al mundo que estaba emergiendo una nueva y fuerte potencia en el Lejano Oriente. Como preliminares para establecer negociaciones de plena igualdad con las grandes potencias, Japón, en 1890, había revisado sus códigos criminal, civil y comercial siguiendo modelos occidentales desde donde demandar la revocación de las cláusulas de extraterritorialidad de sus tratados, lo que se consiguió en 1899. En 1894, Estados Unidos y Gran Bretaña fueron las primeras naciones en reconocer la libertad comercial del Imperio Japonés.


Taisho (1912-1926)

El emperador Meiji falleció en 1912 y le sucedió el emperador Taisho. En agosto de 1914, tras el estallido de la I Guerra Mundial, Japón envió un ultimátum a Alemania, solicitando la evacuación del territorio de Jiaozhou (Kiaochow), en el noreste de China. Cuando Alemania se negó a cumplirlo, Japón entró en la guerra del lado de los aliados. Las tropas niponas ocuparon las posesiones alemanas de las islas Marshall, Carolinas y Marianas en el océano Pacífico. En 1915, el Imperio presentó las Veintiún Demandas a China, que solicitaba privilegios industriales, mineros y ferroviarios y que obligaba a China a no alquilar ni ceder ningún territorio costero frente a Taiwan a ningún país que no fuera Japón. Estas peticiones, algunas de las cuales fueron rápidamente garantizadas, fueron la primera declaración de una política de dominación sobre China y el Lejano Oriente. Un año después, en 1916, China cedió los derechos comerciales de Mongolia interior y el sur de Dongbei Pingyuan (Manchuria) a Japón.
Como resultado del acuerdo de paz de la I Guerra Mundial, Japón recibió las islas del Pacífico que había ocupado como mandato de la Sociedad de Naciones, organización de la que el emperador nipón fue uno de los miembros fundadores. Japón también recibió el territorio de Jiaozhou, pero fue devuelto a China como resultado del Tratado de Shandong (Shantung), realizado durante la Conferencia de Washington en 1922. Esta conferencia también dio como resultado el cambio de la alianza anglo-japonesa por el Tratado de las Cuatro Potencias, por el que Japón, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos se comprometían a respetarse los territorios del océano Pacífico y consultarse si se amenazaban sus derechos territoriales, y el Tratado de las Nueve Potencias (Bélgica, Gran Bretaña, Países Bajos, Portugal, Japón, Francia, Italia, China y Estados Unidos), en el que los signatarios respetaban la integridad territorial y la soberanía de China. Un tratado adicional entre Gran Bretaña, Estados Unidos, Japón, Francia e Italia acordó limitar los efectivos navales: la Armada japonesa se limitó a 315.000 toneladas.
Con la adopción de los tratados de Shandong y de las Nueve Potencias, Japón demostró una actitud conciliadora hacia China, a pesar de los intereses comerciales japoneses en ese país. Las relaciones con Rusia, que se habían vuelto tirantes tras la Revolución Rusa de 1917 y la posterior invasión de Siberia y el norte de Sajalín por los japoneses en 1918, se hicieron más amistosas después de que Japón reconociera el régimen soviético en 1925. Esta actitud menos agresiva por parte de Japón se debió en parte al éxito de grupos liberales en la política interior, estimulados por la victoria de las naciones en la I Guerra Mundial.
El primer ministro de uno de estos partidos políticos recién creados, Hara Takashi, tomó posesión de su cargo en 1918 y, a pesar de su asesinato en 1921, la era Taisho se recuerda como la época de experimentos democráticos. Las demandas para establecer el sufragio universal masculino obligaron al gobierno a promulgar en 1919 una ley que duplicaba el electorado, alcanzando la cifra de 3 millones. En 1923, la región de Tokio y Yokohama se convulsionó por un gran seísmo, pero la rapidez con que se reconstruyó la zona demostró el vigor de la nueva sociedad industrializada. Las protestas democráticas aumentaron su intensidad y, en 1925, se garantizó el sufragio universal masculino, de manera que el electorado creció repentinamente a 14 millones de votantes. Reflejando el interés creciente en el establecimiento de un régimen democrático, durante la década de 1920, la tendencia política se orientó hacia gabinetes donde no se encontraban miembros de la oligarquía o dirigentes militares. Sin embargo, este movimiento tuvo una corta duración.


Showa (1926-1989)

En 1926, Hiro-Hito, nieto del emperador Meiji, subió al trono. Adoptó el nombre de Showa ('brillante armonía') como designación oficial de su reinado, pero cuando el general barón Tanaka Giichi se convirtió en primer ministro en 1927, se reanudó la política agresiva hacia China. La fuerza que impulsó este cambio de política residía en la expansión de la industria japonesa, cuyo rápido crecimiento desde el inicio de la I Guerra Mundial (1914) requería nuevos mercados para una producción cada vez mayor. Además, la población de Japón se había duplicado desde 1868 y cada vez era mayor la necesidad de ampliar espacio y recursos. El colapso del mercado de la seda estadounidense en 1929 arruinó a muchos campesinos e incrementó la presión para realizar una acción drástica.

La ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria)

A finales de la década de 1920 Japón consiguió dominar la administración y los asuntos económicos de Dongbei Pingyuan (Manchuria), a pesar de las protestas chinas. El 18 de septiembre de 1931 tropas japonesas, alegando que los saboteadores chinos habían causado una explosión en el Ferrocarril de Dongbei Pingyuan (Manchuria) del Sur de propiedad japonesa, embargaron los arsenales de Shenyang (Mukden) y de varias ciudades vecinas, obligando a las tropas chinas a retirarse del área. Actuando sin la aprobación oficial del gobierno japonés y bajo la influencia de sociedades secretas que consideraban que los intereses nacionales estaban por encima de directrices políticas, el ejército de Guangdong extendió sus operaciones hacia el interior de Dongbei Pingyuan (Manchuria) y, en cinco meses aproximadamente, invadió toda esta región. Se estableció entonces en Dongbei Pingyuan (Manchuria) un Estado títere conocido como Manchukuo; Puyi, último emperador de China, fue coronado emperador de Manchukuo en 1934 como Kang De.

La ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria) permitió a los derechistas radicales hacerse con el gobierno e imponer un régimen represivo contra los sectores más liberales; el vizconde Saito Makoto formó el denominado gabinete nacional compuesto principalmente por hombres sin afiliación política. Las repercusiones internacionales de la ocupación de Dongbei Pingyuan (Manchuria) hicieron que la Sociedad de Naciones, actuando con la autoridad del Pacto Briand-Kellogg, creara una comisión para determinar si había que imponer sanciones como potencia agresora; la respuesta de Japón fue abandonar la organización en 1935. Para consolidar su presencia en China, Japón desembarcó tropas en Shanghai, en el norte, el Ejército japonés de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se anexionó la provincia de Chengde (Jehol) e intentó ocupar las ciudades de Pekín y Tianjin. Incapaz de resistir la superioridad de las fuerzas japonesas, China firmó una tregua en mayo de 1933 en la que se reconocían las conquistas japonesas.

La acción del Ejército mostró el poder que las autoridades militares tenían en la política japonesa. En 1936, el Imperio firmó un acuerdo anticomunista con Alemania y, un año después, un pacto similar con Italia. El establecimiento de un gobierno casi completamente militar, con la cooperación de los zaibatsu (trusts industriales familiares), supuso el desarrollo de una política exterior agresiva.

La guerra con China

El 7 de julio de 1937, una patrulla china se enfrentó a las tropas japonesas, cerca de Pekín. Utilizando el accidente como pretexto para comenzar las hostilidades, el Ejército japonés de Dongbei Pingyuan (Manchuria) se desplazó hacia esta área, reiniciando las hostilidades con China, aunque la guerra nunca se declaró formalmente. Después de que una fuerza japonesa ocupara con rapidez el norte de China y que, a finales de 1937, la Armada nipona bloqueara casi toda la costa china, el ejército avanzó hacia el interior del este y del sur de China en 1937 y 1938, y capturó Shanghai, Suzhou (Soochow), Nanjing (Nanking), Qingdao (Ts'ing-tao), Cantón (Guangzou) y Hankou (Hankow), obligando a los chinos a replegarse hacia el oeste. Las protestas de gobiernos extranjeros y por los maltratos de las tropas japonesas a los residentes extranjeros en China y la usurpación de sus propiedades privadas fueron ignoradas por el Imperio. A finales de 1938, los japoneses fueron frenados en las montañas del centro de China, donde los chinos realizaron una lucha de guerrilla contra los invasores.

Mientras tanto, en Japón se había establecido una economía de guerra dirigida por el gobierno. En 1937, un gabinete encabezado por el príncipe Konoe Fumimaro concedió toda la dirección de la guerra a los dirigentes del Ejército y de la Armada.

El estallido de la II Guerra Mundial

El comienzo de la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, dio a Japón una nueva oportunidad para extenderse por Sureste asiático, después de haber alcanzado varios acuerdos diplomáticos. En septiembre de 1940 Japón estableció una alianza tripartita con Alemania e Italia, el denominado Eje Roma-Berlín-Tokio, que aseguraba ayuda mutua y total durante un periodo de diez años. Sin embargo, Japón consideró que el pacto firmado en 1939 entre Alemania y la URSS había liberado al Imperio de cualquier obligación contraida en la alianza anticomunista de 1936. Por tanto, en septiembre de 1941, Japón firmó un pacto de neutralidad con la URSS, que garantizaba la protección del norte de Dongbei Pingyuan (Manchuria). Un año antes, con el consentimiento del gobierno francés de Vichy, controlado por los alemanes, las fuerzas japonesas ocuparon la Indochina francesa. Al mismo tiempo, Japón intentó obtener acuerdos económicos y políticos en las Indias Orientales Holandesas.

Estas acciones provocaron el embargo de petróleo estadounidense e incrementaron la hostilidad entre ambos países, bastante fuerte desde la invasión japonesa de China en 1937. En octubre de 1941 el general Tojo Hideki se convirtió en el primer ministro japonés y ministro de Guerra, lo que no favoreció la normalización de las relaciones.

El ataque a Pearl Harbor

El 7 de diciembre de 1941 sin aviso y mientras todavía se estaban celebrando negociaciones entre los diplomáticos estadounidenses y japoneses, varias oleadas de aviones japoneses bombardearon Pearl Harbor, en Hawaii, la principal base naval estadounidense en el Pacífico; poco después se lanzaron ataques simultáneos contra Filipinas, las islas de Guam, isla Wake y Midway, Hong Kong, Malasia británica y Tailandia. El 8 de diciembre, Estados Unidos declaró la guerra a Japón, al igual que el resto de los poderes aliados, excepto la URSS.

Un año después del éxito de estos ataques por sorpresa Japón mantenía la ofensiva en el Sureste asiático y en las islas del Pacífico Sur. El Imperio designó el Este asiático y sus alrededores como la 賎ran Esfera de Coprosperidad de Asia Oriental e hizo efectiva la propaganda del lema 羨sia para los asiáticos. Además, los elementos nacionalistas en la mayoría de los países de Asia oriental daban apoyo tácito, y en algunos casos real, a los japoneses, porque vieron un camino aparente para liberarse del imperialismo occidental. En diciembre de 1941, Japón invadió Tailandia, a cuyo gobierno obligó a firmar un tratado de alianza. Las tropas japonesas ocuparon Birmania, Malasia británica, Borneo, Hong Kong y las Indias Orientales Holandesas. En mayo de 1942, las Filipinas cayeron en manos japonesas. Volviéndose hacia Australia y Nueva Zelanda, las fuerzas japonesas desembarcaron en Nueva Guinea, Nueva Inglaterra (ahora parte de Papúa-Nueva Guinea) y las islas Salomón. Un destacamento especial japonés también invadió y ocupó Attu, Agattu y Kiska en las islas Aleutianas frente a la costa de Alaska, en Norteamérica. Al final, la guerra se convirtió en una lucha naval por el control las vastas extensiones del océano Pacífico.

El cambio de tendencia

La marcha de la guerra comenzó a cambiar en 1942, cuando una fuerza naval y aérea aliada contuvo la invasión de la flota japonesa en la batalla del Mar del Coral entre Nueva Guinea y las islas Salomón. Un mes después, una gran flota japonesa fue derrotada en la batalla de Midway. Utilizando operaciones combinadas de unidades de tierra, mar y aire bajo el mando del general estadounidense Douglas MacArthur, las fuerzas aliadas avanzaron hacia el norte y expulsaron a los japoneses de las islas del Pacífico Sur. En julio de 1944, después de la caída de Saipan, la base nipona más importante en las islas Marianas, los dirigentes japoneses fueron conscientes de que habían perdido la guerra. Tojo fue obligado a dimitir y se debilitó así la influencia de la oligarquía militar. En noviembre de 1944, Estados Unidos comenzó una serie de importantes ataques aéreos sobre Japón. A principios de 1945, después de la batalla de Iwo Jima los estadounidenses llegaron a 1.200 km de Japón. Durante ese mismo periodo, las fuerzas aliadas al mando del almirante inglés Louis Mountbatten, primer conde Mountbatten, vencieron a los ejércitos japoneses en el Sureste asiático. En los siguientes cuatro meses, desde mayo a agosto, los bombardeos estadounidenses devastaron las ciudades niponas, sus comunicaciones y su industria, culminando el 6 de agosto de 1945, con el lanzamiento de la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima; dos días después, el 8 de agosto, la URSS declaró la guerra a Japón, y, el 9 de agosto Estados Unidos lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, mientras que las fuerzas soviéticas invadieron Dongbei Pingyuan (Manchuria), el norte de Corea y Karafuto. Los poderes aliados habían acordado durante la Conferencia de Potsdam que sólo se podría aceptar del gobierno japonés la rendición incondicional. Venciendo la parálisis del gobierno, el emperador Hiro-Hito insistió en la rendición. El 14 de agosto, Japón aceptó los términos aliados y el emperador se dirigió a la nación por primera vez en un mensaje radiofónico comunicando la rendición japonesa, a pesar de un intento de los militares de sabotear la emisión en el último minuto. La rendición formal se firmó a bordo del acorazado estadounidense Missouri, en la bahía de Tokio, el 2 de septiembre.

La disolución del Imperio

Los aliados designaron a los estadounidenses para mantener tropas de ocupación en las islas japonesas. Japón fue despojado de su Imperio; Mongolia interior, Dongbei Pingyuan (Manchuria), Taiwan y Hainan fueron devueltas a China, la URSS, retuvo las islas Kuriles y Karafuto (que de nuevo se denominó Sajalín) y el control de Mongolia Exterior; Port Arthur y el Ferrocarril de Dongbei Pingyuan (Manchuria) del Sur se colocaron bajo el control conjunto de la URSS y China. Estados Unidos, bajo el fideicomiso de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), ocupó todas las islas que habían sido antiguos mandatos japoneses del Pacífico Sur.

El 11 de agosto de 1945, después de que los japoneses se rindieran, Douglas MacArthur fue nombrado comandante supremo de las tropas que ocupaban Japón. Representantes de China, la URSS y Gran Bretaña formaron el Consejo Aliado para Japón, con sede en Tokio, para asistir a MacArthur. De las cuestiones exteriores de la política de ocupación se pasó a ocupar la Comisión del Lejano Oriente, con sede en la ciudad de Washington, representada por Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética, Australia, Canadá, China, Francia, la India, los Países Bajos, Nueva Zelanda y Filipinas. Un cierto número de antiguos dirigentes japoneses fueron juzgados por crímenes de guerra por un tribunal en el que había representantes de once países, que se reunió en Tokio el 3 de mayo de 1946 y se cerró el 12 de noviembre de 1948.

El final de la era Showa

No hubo resistencia a la ocupación estadounidense de las islas japonesas. Se estableció que los objetivos de la política de ocupación eran, básicamente, la democratización del gobierno japonés y el restablecimiento de una economía industrial de tiempo de paz que cubriera la demanda de la población japonesa. MacArthur ejerció su autoridad a través del emperador y de la maquinaria de gobierno existente estableciendo la disolución de los grandes trusts industriales y bancarios, cuyos fondos fueron embargados en 1946; en 1947, se puso en marcha un programa de reforma agraria, diseñado para dar a los campesinos la oportunidad de adquirir la tierra que trabajaban, y se organizó un programa educativo siguiendo modelos democráticos. Las mujeres consiguieron el derecho a voto en las primeras elecciones tras la guerra (en abril de 1946), y 38 de ellas fueron elegidas para la Dieta japonesa. Posteriormente, la Dieta acordó un borrador de una nueva Constitución inspirada en la estadounidense, que en mayo de 1947 se hizo efectiva.

La rehabilitación de la economía japonesa fue más difícil que la reorganización del gobierno. La escasez de alimentos se había suplido con importaciones de productos de los aliados, en particular de Estados Unidos, y los severos bombardeos durante la guerra casi anularon la capacidad industrial de Japón. A principios de 1949, la ayuda dada a Japón costó a Estados Unidos más de 1 millón de dólares al día.

A comienzos de mayo de 1949, varias industrias niponas sufrieron varias huelgas, en especial la industria minera del carbón. El gobierno y MacArthur acusaron al Partido Comunista, que había conseguido 3 millones de votos en las recientes elecciones nacionales, de instigar los paros laborales con fines políticos, por lo que el gobierno realizó una investigación a gran escala de las actividades comunistas ante la protesta del delegado soviético del Consejo de Control Aliado mientras MacArthur acusaba a la URSS de fomentar el desorden en Japón a través del Partido Comunista y de una "indiferencia cruel" en la repatriación de los prisioneros de guerra japoneses. La Unión Soviética anunció en abril de 1950 que, excepto 10.000 criminales de guerra, todos los prisioneros (94.973) habían sido devueltos a Japón; de acuerdo con las cifras japonesas más de 300.000 prisioneros permanecían todavía bajo la custodia de la URSS.

Las negociaciones aliadas durante 1950 para llegar a un tratado de paz con Japón estuvieron marcadas por diferencias básicas entre Estados Unidos y la Unión Soviética en varios aspectos, especialmente si China participaría en la redacción del documento. En mayo, se eligió al estadista estadounidense John Foster Dulles, consejero del secretario de Estado, para preparar los términos del tratado. Después de un año de consultas y negociaciones con todos los países afectados, el 12 de julio de 1951 se alcanzó un tratado preliminar. La URSS mantuvo que el documento favorecía la reaparición del militarismo japonés. El gobierno estadounidense invitó a asistir a la conferencia de paz a 55 países, entre los que no se encontraban ni la China Nacionalista ni la República Popular China.

La conferencia de paz comenzó en San Francisco a principios de septiembre, con la ausencia de la India, Birmania y Yugoslavia que sí habían sido invitadas. Después de varias discusiones, 49 países, entre ellos Japón, firmaron el tratado; la URSS, Checoslovaquia y Polonia se negaron a hacerlo.

El Tratado de Paz, 1951

Según los términos del tratado, Japón renunció a todos sus derechos sobre Corea, Taiwan, las islas Kuriles, Sajalín y las islas que fueron antiguos mandatos y abandonó cualquier reivindicación sobre China y Corea; se reconoció el derecho de Japón a defenderse y a entablar acuerdos de seguridad colectivos, y Japón aceptó en principio la validez de las reparaciones de guerra, que pagaría en bienes y servicios en vista de la insuficiencia de los recursos financieros del país.

Al mismo tiempo, Estados Unidos y Japón firmaron un acuerdo que establecía la permanencia de las bases militares estadounidenses en territorio nipón para proteger al país desarmado de agresiones externas o disturbios internos de importancia.

Mientras tanto, MacArthur había sido relevado de su cargo en abril de 1951, aunque se mantuvo la ocupación del país. Estados Unidos cesó su ayuda económica a Japón a finales de junio, pero el efecto perjudicial de esta acción sobre la economía nipona fue compensado en gran parte por el pedido de material militar para la guerra de Corea por parte estadounidense. Los problemas económicos del país procedían en parte de la pérdida de mercados exteriores después de la guerra, en especial en China. Estados Unidos reconoció la importancia del mercado chino y, en octubre, permitió a Japón desarrollar un comercio limitado con China.

El 28 de abril de 1952 entró en vigor el tratado de paz y se restableció la soberanía completa en Japón. Según los términos del tratado, las tropas estadounidenses permanecieron en Japón como fuerzas de seguridad. El gobierno japonés estableció tratados de paz o renovó las relaciones diplomáticas durante 1952 con Taiwan, Birmania, la India y Yugoslavia.

En 1952 se debatió ampliamente la cuestión del rearme. El gobierno se mostró poco dispuesto a comprometerse en favor de la reconstrucción de las defensas del país, debido a las dificultades económicas y los obstáculos legales; la Constitución de 1947 establecía la renuncia a la guerra 叢ara siempre.

Ese mismo año, la Dieta aprobó un proyecto de ley para suprimir las actividades subversivas de grupos organizados. En las elecciones generales del 1 de octubre, las primeras desde el final de la ocupación, Yoshida Shigeru, dirigente del Partido Liberal, que había encabezado el gabinete desde 1949, fue nombrado primer ministro de nuevo.

Las relaciones exteriores de posguerra: Estados Unidos

En abril de 1953, el primer ministro Yoshida, tras perder el voto de confianza de la Dieta imperial, convocó elecciones anticipadas, que fueron ganadas por los liberales, lo que permitió a Yoshida ser reelegido primer ministro.

Durante 1953 el gobierno estadounidense intentó además asegurar el país contra una posible agresión comunista y animó activamente el rearme de Japón. En agosto, los dos países firmaron un tratado de ayuda militar que estipulaba las provisiones para la fabricación de armas japonesas de acuerdo con especificaciones estadounidenses. En una declaración conjunta en septiembre, el primer ministro Yoshida y Shigemitsu Mamoru, dirigente del Partido Progresista, recomendaron oficialmente el rearme japonés con carácter defensivo. Las negociaciones con el gobierno estadounidense permitieron en marzo de 1954 la firma de un pacto de defensa mutua.

La política de colaboración próxima con Estados Unidos del primer ministro Yoshida estuvo sujeta a una fuerte crítica por los disidentes del Partido Liberal durante la segunda mitad de 1954, que crearon el Partido Democrático de Japón, cuyo dirigente, Hatoyama Ichiro, fue elegido primer ministro gracias al apoyo socialista, a cambio de celebrar en febrero de 1955 elecciones nacionales.

El Partido Democrático no consiguió la mayoría parlamentaria en esas elecciones, pero con el apoyo liberal, Hatoyama volvió al cargo de primer ministro. El Partido Democrático y el Partido Liberal se fusionaron en noviembre de ese año, dieron al gobierno la mayoría absoluta en la Dieta e inauguraron el monopolio del poder del Partido Liberal Democrático (PLD).

Las relaciones exteriores de posguerra: URSS

En octubre de 1956, la Unión Soviética y Japón acordaron finalizar el estado técnico de guerra que existía entre los dos países desde agosto de 1945. El acuerdo estipulaba el restablecimiento de relaciones diplomáticas normales, la repatriación de los prisioneros de guerra japoneses que permanecían en la URSS, la firma de tratados de pesca negociados a principios de año, el apoyo soviético a la entrada de Japón en la ONU y la devolución a Japón de ciertas islas pequeñas en la costa meridional. El 18 de diciembre, la Asamblea General de la ONU votó por unanimidad la admisión de Japón en las Naciones Unidas. Dos días después, Ishibashi Tanzan, ministro de Industria y Comercio Internacional, sustituyó a Hatoyama como primer ministro. A la vez que mantenía relaciones estrechas con Estados Unidos, Ishibashi intentó extender el comercio con la URSS y China como medida para reducir el desempleo.

En febrero de 1957 el primer ministro Ishibashi dimitió de su cargo y fue sustituido por el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, Kishi Nobusuke. En el mismo mes, se firmaron varios acuerdos para finalizar con el estado de guerra con Checoslovaquia y Polonia. En noviembre, Japón acordó pagar 230 millones de dólares a Indonesia como reparaciones de la II Guerra Mundial y cancelar la deuda comercial indonesia.

Japón se convirtió en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, en enero de 1948. El primer ministro Kishi disolvió la Cámara de Representantes en abril, y se celebraron elecciones al mes siguiente.

Política interior

En octubre de 1958 el Partido Socialista propuso una huelga para protestar por un proyecto de ley gubernamental que estipulaba el incremento de poder de la policía y que fue retirado después que 4 millones de trabajadores apoyaran la huelga de protesta. Las elecciones de junio de 1959 para la mitad de los escaños de la Cámara de Consejeros dieron la victoria al PLD.

En enero de 1960, y pese a las numerosas protestas populares, se firmó un nuevo tratado de seguridad con Estados Unidos en Washington y se anunció que en junio de ese mismo año el presidente estadounidense Dwight David Eisenhower realizaría una visita a Japón. Sin embargo, el aumento de las protestas obligó a cancelar la visita, porque se temía por la seguridad de Eisenhower.

El primer ministro Kishi dimitió el 15 de julio y le sucedió Ikeda Hayato, el nuevo presidente del PLD, cuyos miembros obtuvieron la mayoría en las elecciones a la Cámara de Representantes celebradas en octubre.

En 1963 el gobierno intentó enmendar una disposición constitucional para aumentar el presupuesto de las Fuerzas Armadas japonesas; al no obtener la aprobación mayoritaria, el primer ministro Ikeda disolvió la Dieta y convocó elecciones para el 21 de noviembre. La mayoría de su partido se redujo a 13 escaños.

Crecimiento económico

La economía japonesa ocupó el primer puesto mundial por su tasa de crecimiento en 1964. En su desarrollo comercial, el gobierno japonés estableció un acuerdo con China por el que cada país establecería oficinas de enlace comercial no oficiales en la capital del otro; mientras, se acordó con la URSS la venta de una planta de fertilizantes como pago a los créditos soviéticos. El primer ministro Ikeda dimitió como primer ministro a finales de octubre por razones de salud y fue sucedido por el antiguo ministro de Estado Sato Eisaku (hermano del anterior primer ministro Kishi Nobusuke), también perteneciente al PLD. Los XVIII Juegos Olímpicos se celebraron en Tokio en octubre, lo que supuso una mejora de sus infraestructuras.

En marzo de 1965 el ministro de Asuntos Exteriores de Corea del Sur pasó a ser el primer coreano que obtuvo una audiencia con el emperador japonés desde la II Guerra Mundial. Durante su visita los gobiernos de Japón y Corea del Sur alcanzaron un importante acuerdo de relaciones mutuas. A finales de la década de 1960, Japón fue el escenario de manifestaciones generalizadas y a veces violentas llevadas a cabo por los estudiantes radicales que protestaban por el apoyo nipón a la política exterior de Estados Unidos. Las relaciones entre ambos países entraron en un periodo de estancamiento en 1971, en 1972 Okinawa fue devuelta a Japón.

En la década de 1960 Japón superaba a todas las naciones de Europa Occidental en el producto nacional bruto y seguía a Estados Unidos como potencia industrial mundial. La Exposición Mundial de Osaka, que tuvo lugar en 1970, demostró que el país había restablecido su posición en el comercio internacional: en 1971 Japón era el tercer país exportador más importante del mundo, después de Estados Unidos y de Alemania Occidental (ahora parte de la unificada República Federal de Alemania), y el quinto en importaciones.

Cambio de gabinete

Aunque el PLD continuó sosteniendo las riendas del gobierno, a lo largo de toda la década de 1970 fueron muy frecuentes los cambios de gobierno, consecuencia de la aparición de facciones dentro del partido. En 1972, Tanaka Kakuei, que sucedió al primer ministro Sato en julio, tomó medidas para mitigar el desequilibrio comercial con Estados Unidos. También realizó una visita a China y acordó reanudar las relaciones diplomáticas con ese país inmediatamente, al igual que con Taiwan. En noviembre de 1974 Tanaka dimitió en favor de Miki Takeo, cuyo gobierno sufrió la recesión económica mundial que se produjo en 1973 al dejar de recibir el petróleo procedente de países árabes; la economía de Japón, muy dependiente del petróleo y de otras materias primas, mostró entre 1974 y 1975 un crecimiento cero.

Ese mismo año, la lucha entre facciones desgarró al PLD, que no consiguió aprobar la mayoría de sus principales proyectos de ley en la Dieta. El partido recibió un nuevo golpe en 1976 cuando se descubrió que la Lockheed Aircraft Corporation, una compañía estadounidense, había pagado al menos 10 millones de dólares en sobornos y honorarios a los políticos e industriales japoneses desde la década de 1950. Miki convocó elecciones para diciembre, en las que su partido perdió por primera vez su tradicional mayoría en la cámara baja. Miki dimitió y Fukuda Takeo fue elegido primer ministro. En diciembre de 1978 le sustituyó Ohira Masayoshi, también miembro del PLD. Tras el fallecimiento de Ohira durante la campaña electoral de 1980, Suzuki Zenko fue elegido para sucederle. Acosado por el faccionalismo existente en las filas del PLD, Suzuki dimitió de forma inesperada en noviembre de 1982. Nakasone Yasuhiro le sustituyó como primer ministro y como dirigente del partido. El PLD, que sufrió un revés en las elecciones a la Dieta de 1983, consiguió en cambio una mayoría abrumadora en 1986; Takeshita Noboru fue elegido en noviembre de 1987 para sustituir a Nakasone.

A principios de la década de 1980 Japón hizo frente a la congestión urbana, a la contaminación ambiental y la improductividad de la agricultura, a pesar de lo cual tuvo la mayor tasa de crecimiento económico y la menor inflación de las naciones industrializadas. El crecimiento económico comenzó a estabilizarse a mediados de la década de 1980, debido en parte a que la fuerza del yen frente al dólar estadounidense había encarecido las exportaciones, que disminuyeron.


Heisei (1989 - )

El emperador Hiro-Hito falleció en enero de 1989 y le sucedió su hijo Aki-Hito inaugurando el período denominado Heisei ('de la paz conseguida'), que pronto se mostró como una época de convulsión y reforma. En abril Takeshita dimitió a causa de un escándalo por soborno; su sucesor, Uno Sosuke, también dimitió por el mismo motivo en julio y fue sustituido por Kaifu Toshiki. Los demócratas liberales ganaron las elecciones parlamentarias de febrero de 1990 a pesar de que la Bolsa de Tokio había empezado un descenso que duraría hasta mediados de 1992, cuyo índice Nikkei perdió casi dos tercios de su valor. Incapaz de hacer frente al malestar económico y sin la confianza de los miembros conservadores del partido, Miyazawa Kiichi, otro político veterano, sustituyó a Kaifu a finales de 1991, mientras que el Partido Socialista cambió su nombre por el de Partido Socialdemócrata. En 1992, se aprobó una legislación que permitía la participación de las tropas japonesas en las operaciones de paz de la ONU, antes considerado como inconstitucional.
Sobre un fondo de tensión continua con Estados Unidos por cuestiones comerciales, la confianza en el gobierno continuó su descenso mientras que los japoneses se vieron frustrados con el estancamiento de la economía nipona y la corrupción gubernamental. En junio de 1993 varios miembros del PLD, dirigidos por Hata Tsutomu y Ozawa Ichiro se escindieron para formar el Partido Renovador de Japón. En las elecciones de julio los demócratas liberales perdieron su mayoría y finalizó así un dominio del gobierno japonés que duró 38 años. Se formó una frágil coalición de siete partidos, mientras que el PLD pasó a ser el principal partido de la oposición. Hosokawa Morihiro, un antiguo demócrata liberal y dirigente del Nuevo Partido de Japón, fue elegido para encabezar el gobierno, llevando a cabo un programa de reforma electoral, que en enero de 1994 entró en vigor.
Perseguido por las acusaciones de aceptar un préstamo ilegal en 1982 y acosado por la tensión de mantener a los demócratas liberales en la coalición, Hosokawa dimitió en abril de 1994; ese mismo mes, la coalición de los siete partidos eligió a Hata como primer ministro. Poco después los demócratas liberales se retiraron de la coalición y dejaron a Hata sin la mayoría necesaria en la cámara baja de la Dieta, por lo que Hata dimitió a finales de junio. El dirigente del Partido Socialdemócrata, Murayama Tomiichi, fue elegido primer ministro, en coalición con sus antiguos enemigos, los demócratas liberales, de manera que se convirtió en la primera figura de izquierdas que dirigía Japón desde 1948. Los partidos reformistas de la oposición se reagruparon en el Partido de la Nueva Frontera, de centro derecha.
El 17 de enero de 1995 un terremoto devastó la ciudad de Kobe, con un balance de 5.000 muertos y cientos de miles de desahuciados. El 20 de marzo el metro de Tokio se vio afectado por la difusión indiscriminada de gas sarín: murieron doce personas y resultaron afectados miles de ciudadanos. Las investigaciones comprobaron la culpabilidad de la secta Aun Shinri Kyo. La coalición gubernamental sufrió un revés importante en las elecciones locales de abril; por otro lado, el Partido de la Nueva Frontera consiguió los gobiernos de varias provincias importantes. Mientras, se mantenían los problemas económicos provocados por el fuerte valor del yen, que amenazó la recuperación económica y desató una fuerte deflación de los precios.
En las elecciones legislativas celebradas en octubre de 1996, cuyo nivel de participación no superó el 60%, la más baja en la historia reciente del país, el PLD obtuvo 239 actas, a tan sólo 12 escaños de la mayoría absoluta. Los otros dos partidos que habían formado la coalición de gobierno con el PLD sufrieron severos reveses (el Partido Socialdemócrata pasó de 30 a 15 escaños y el pequeño Sakigake de 9 a tan sólo 2 diputados. Entre los partidos de la oposición, el Partido de la Nueva Frontera (Shinshinto) perdió 4 de los 160 asientos con los que contaba, el recién formado Partido Demócrata mantuvo sus 52 diputados, y el Partido Comunista casi duplicó su números de representantes en la Dieta, pasando de 15 a 26 diputados. En estas elecciones se introdujo la nueva normativa electoral incorporada en 1994; mediante ella, y con el fin de acabar con la gran fragmentación partidista existente e incorporar el bipartidismo en la política japonesa, se establecía la posibilidad de elegir a 300 miembros de la Dieta mediante el sistema mayoritario, votando a un candidato, no a una lista de partido. Los 200 diputados restantes se eligieron mediante el sistema proporcional.

viernes, 25 de enero de 2008

Burning Man Trailer

Introducción a esta gran fiesta.

THE BURNING MAN




Burning man, el festival "neohippie"

Cada año, a finales de agosto, cerca de 25 mil personas se reúnen en el festival neohippie Burning man (Hombre ardiente), el cual dura una semana en el desierto de Nevada, y no se permite vender ni comprar nada, sólo expresar de manera artística cualquier tema.

El canal de paga "Infinito" proyectará todo respecto del festival en un documental el próximo 13 de diciembre, a las 21 horas, y se repetirá seis días después, a las 20 horas. Y es que ese evento es, sin duda, el despliegue de expresión humana más variado del mundo, donde literalmente no existen barreras para lo que se quiera expresar.

No hay censura ni limites para que la gente dé un mensaje. Lo sorprendente es que cada año Burning man crece y los medios de comunicación le dan una amplia difusión por lo que ya se sabe de él en más países.

El nombre de Burning man es porque en el sexto día del festival se quema una escultura de un gigantesco hombre, de más de 30 metros.

Desde el verano de 1986, un grupo de 20 personas (la mayoría artistas) se reunió en una playa de San Francisco, California, y año tras año asistió cada vez más gente, por lo que la plaza ya no era el lugar adecuado para realizar el festival. Entonces, los organizadores tuvieron que trasladarlo a la ciudad Black Rock o "Piedra Negra", ubicada en el desierto de Nevada, Estados Unidos.

Ha sido sorprendente su éxito. Las personas llegan sin problema al desierto, dispuestas a todo, particularmente a disfrutar y convivir. Ahora Burning man se ha convertido en una tradición.

Según los organizadores, la intención "es generar una sociedad que conecte a cada individuo con sus poderes creativos, a la participación en la comunidad, al mayor ámbito de la vida cívica y al aun mayor mundo de naturaleza que existe más allá de la sociedad."

Ellos creen que la experiencia de Burning man puede producir "un cambio espiritual en el mundo".

Los participantes desarrollan todo tipo de expresiones artísticas en el marco de un tema preestablecido por los organizadores.

Se han abordado tópicos, como el tiempo, infierno, el mundo flotante, fertilidad, la psiquis y el poder inconsciente de los sueños, entre otros.

También se conoce como el festival "neohippie" porque es una excusa para vivir un entorno completamente distinto del que pueden encontrar en su vida cotidiana. Ahí pasa de todo: un señor ha regalado 10 mil bolas de helado; se presentan shows de magia; se ha instalado una enorme serpiente mecánica de metal que se movía en el centro del campamento y escupía fuego; trapecistas han hecho números de acrobacia colgados de dos grúas gigantes de construcción disfrazadas de flor; los automóviles son disfrazados; se muestran performances e instalaciones, y este año se apreció una escultura de camiones.

Llama la atención los campamentos temáticos. Pueden ir familias con niños, pero se instalan lejos de los actos para adultos.

La gente debe llevar lo imprescindible para subsistir: comida, papel higiénico, agua, jabón y ropa. No se debe tirar basura en el lugar. Al terminar los actos, no deben dejar nada.